Al igual que en el entorno local, usted necesitará autenticación de usuario y administración de permisos de acceso. En la mayoría de los casos, lo implementamos con Azure Active Directory: en este caso, la acción del sistema de administración de derechos de acceso local simplemente se extiende a la nube. Al utilizar una infraestructura híbrida para la comodidad del usuario, usted puede implementar la tecnología de autorización de extremo a extremo.

Al migrar a la nube, los sistemas NAS y SAN se reemplazan por almacenamiento en la nube que satisfaga los requisitos de rendimiento de las cargas de trabajo migradas. Usted tiene la opción de una variedad de tipos de almacenamiento: unidades administradas, almacenamiento de archivos, almacenamiento de objetos, almacenamiento de datos de archivos, almacenamiento de grandes datos, etc. Configuraremos el almacenamiento para cada carga de trabajo: rendimiento y niveles de acceso, copia de seguridad, replicación geográfica y recuperación ante defectos.

Al migrar a la nube, usted dejará de depender de la topología física de la red, lo que facilita la conexión a ella. Al migrar las aplicaciones de su entorno local a la nube, usted puede mantener fácilmente la misma topología e incluso usar el mismo rango de direcciones IP. También usted podrá optimizar la configuración.

Al crear una copia de la carga de trabajo en la nube con el mapa de dependencias, podemos replicar y ejecutar las máquinas virtuales en el orden correcto. Por ejemplo, en una aplicación web, la fuente de datos debe estar disponible antes de que se inicie la aplicación. Después de crear las réplicas de los hosts requeridos y configurar el almacenamiento y las conexiones de red, usted podrá comenzar la prueba. Una vez que esté seguro de que todos sus sistemas funcionan según lo previsto, es hora de hacer la transición final: inicie el sistema en la nube y detenga las aplicaciones locales.